Soy Verónica Casa Páez nací en la hermosa Ciudad de Latacunga pero crecí en una parroquia aledaña a la ciudad “Tamicuchí” tengo 22 años y ahora estudio Odontología en la Cristiana Latinoamericana.
Mi afición por la música y el arte nación desde que era muy pequeña pero siempre crecí con el estereotipo estudiar algo que según yo era importante; tratando de ignorar aquel amor por la música que siempre me acompañaba.
Pues lo más lindo que recuerdo sobre esto es cuando estaba en la catequesis y tenia apenas 10 años cuando cantando como siempre entre todos mi catequista comento que tenía una bonita voz; la verdad eso me acomplejo y decidí cantar únicamente cuando estaba sola pero el tiempo fue pasando y termine la catequesis así que decidí unirme al grupo juvenil de la Parroquia , como todos estábamos en aquella edad de soñar y tratar de cambiar al mundo nos pusimos manos a la obra y junto al Padre tratamos de formar el coro de la Iglesia:
Todo pasaba d manera norma cuando el padre escogió a dos chicos que cantaban súper bien Fernando y Patricia y de manera inesperada me dijo tu también escucho que lo haces bastante bien yo no lo podía creer.
Patricia tenia un poco más de experiencia porque era integrante del coro de la ESPE y Fernando no le hacía falta experiencia se le notaba ser un cantante ya de nacimiento.
Así fue pasando el tiempo el coro sigue hasta hoy pero yo me siento feliz porque encontré la manera de hacer lo que me gustaba sin sentir a cada instante que se me podrían burlar algo parecido. Mientras transcurría este tiempo me han tomado en cuenta para cantar algunas veces acompañando a un amigo en ceremonias religiosas y a veces como solista.
Pero estando ya en la Universidad todos los días que pasaban era evidente que la música era ya más importante y aunque tratara de ignorar aquel sentimiento no podía. La U es súper fuerte y decidí estudiar guitarra con un vecino en donde vivo si aprendí algo pero el horario era tan fuerte también que después de un tiempo tuve que dejarlo.
Sin embargo seguí en mi aquel deseo de dedicarme de alguna manera a la música y un día me tope con MISIONARTE y los "Talleres del Año".
Es día fue increíble yo pasaba por la calle por otra cuestión y cuando vi el rotulo fue como si fuera una aparición a mi deseo incansable de sacar aquel deseo reprimido de vivir y respirar música hoy lo tengo que confesar estudiar en la Universidad y luego ir a la clase de canto es ultra cansado pero en realidad la fuerza aparece sin más creo que es de la misma alegría de saber que por fin estoy en donde me siento plena.
Lo único paradójico de todo esto es que a pesar de llevarme súper bien con mis papis solo mi mami me a escuchado cantar contadas veces y mi papi nunca creo que no lo he hecho esperando en que cuando llegue el momento y me escuchen con atención ya lo haga súper bien y que entiendan que este esfuerzo y tiempos de ausencia valen la pena
Hoy tengo tantas expectativas más que cuando entre, no niego que al principio me sentía incomoda, no sabía si iba a logarlo pero gracias a mi profesos de canto muchos de mis temores han ido desapareciendo, el carisma de Karina (Administradora de la Escuela) me ayudado a sentirme entre amigos, me encanta la metodología, la forma de trato, las instalaciones y lo que es mejor con los demás chicos hemos formado un bonito ambiente en donde todos nos sentimos bien.
Espero derribar aquellas barreras que me impiden todavía soltarme y cantar no solo la que sale de mi cuerpo sino aquella voz que quiere salir desde mi corazón. Se que cuando lo logre se sentiré completa.
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